Los choferes demuestran su fuerza y dejan claro que la huelga del 30 va con fuerza; sería respaldada por la oposición política

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los choferes dominicanos enviaron este lunes un mensaje claro al gobierno del presidente Leonel Fernandez, de que si no cumple con la demanda que le han planteado de subsidiar el pasaje urbano con RD$17.00 paralizarán el país el próximo martes 30 de enero.
Este lunes la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (FENATRANO), la Central Nacional de Transportistas Unificados (CNTU) y la Confederación Nacional de Transporte (CONATRA) hicieron una huelga de calentamiento y dejaron en las calles de Santo Domingo y el Distrito Nacional a miles de empleados públicos y privados, chiriperos, estudiantes y personas que debían realizar diligencias personales.
Estos sindicalistas, que paralizaron el transporte de 6:00 de la mañana a 10:00 de la mañana exigen 17 pesos como subsidio por pasajeros, a lo que el Gobierno del presidente Fernández no ha respondido formalmente. Los paros son, además, en protesta por las incautaciones de vehículos del transporte público que portan placas privadas
"Los choferes no son responsables del problema de las placas, ya que hemos acudido a la Dirección de Impuestos Internos y ahí no se nos ha dado respuesta, para el cambio de las placas, porque al parecer no hay disponibles", expresó Pérez Figuereo. La huelga nacional también es en protesta por los impuestos a los vehículos y los precios de los combustibles.
Manifestaron que la paralización del transporte de pasajeros de este lunes es un “calentamiento”, la preparación para el paro general convocado para el martes 30 el país que será paralizado por FENATRANO, CONATRA y la CNTU si no se paga el subsidio de los 17 pesos por pasajeros. Se da como un hecho que la huelga va y no será desmontada por el Gobierno debido a que no hay forma de que las autoridades cumplan con esas demandas. Además, la huelga sería respaldada por los partidos de oposición, el Revolucionario Dominicano (PRD) y el Reformista Social Cristiano (PRSC), que ven en esta huelga una oportunidad para mermar al gobierno de Leonel Fernández que hasta ahora no han enfrentado protestas como en su primera gestión gubernamental 1996-2000.